Una creencia es una generalización que hacemos sobre nosotros , los demás y el mundo. Las creencias se forman durante nuestro desarrollo y proceden de diferentes fuentes: educación, familia, cultura, o experiencias repetitivas . Actúan como profecías que se cumplen por ellas mismas e influyen directamente en nuestro comportamiento.
Comencemos por analizar una de las creencias más extendidas en nuestra sociedad; se trata de la fórmula de vida HACER-TENER-SER. Ésta fórmula ha creado una ruptura entre las necesidades reales de las personas y los factores culturales ; se tratan de una gran ficción, de una creencia compartida y difundida en la actualidad. Ésta creencia nos dice que cuanto mas hagamos, más tendremos, y cuanto mas y mejores bienes materiales acumulemos, más seremos valorados como personas. Éste tipo de propuestas crea seres humanos frustrados, enojados , asustados y con la sensación de que la vida no tiene un sentido trascendente. Ése tipo de creencias influyen en nuestro comportamiento? Sí. La cultura del hacer-tener-ser, puede llevar a las personas en algún momento de su vidas a ser discriminados o a autoexcluirse. Adherir a este tipo de creencias puede conducirnos al stress crónico por el intentar alcanzar un YO IDEAL, a sumergirnos en una vida de stress permanente , esto es muy serio. Por ejemplo, la evidencia científica demuestra que las afecciones gástricas están asociadas a procesos de stress agudos, a emociones negativas como la ira la irritabilidad, el mal humor o la impaciencia.
El éxito de esta creencia ampliamente difundida se debe a que está en sincronía con la arcaica necesidad de SOBREVIVIR . No hay lugar a dudas que un mejor TENER equivale a mejores posibilidades de supervivencia, mejor comida , mejores refugios, o mejores medicinas . En contraparte , la propuesta que hoy les traigo es difundir la fórmula: SER-HACER-TENER, creo que lo más útil es promover el cultivo de LA PAZ INTERIOR y proveer las herramientas para crear un equilibrio MENTE- CUERPO , alentando a la INDEPENDENCIA EMOCIONAL y valores como la TRASCENDENCIA.
En ésta fórmula, el SER, es considerado el valor más preciado. Nos conectamos con nuestra misión y propósito de vida para, desde ahí llegar al máximo desarrollo de nuestro potencial y aqui, es donde la práctica de la ATENCIÓN PLENA adquiere su sentido más profundo; OBSERVARNOS Y CONOCERNOS.
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